El verano está cada vez más cerca y para quienes cuentan con ellas, las piscinas son el mejor aliado para sofocar el calor.
Pero, para disfrutarlas las piscinas requieren de una serie de cuidados, para lo cual compartimos algunas recomendaciones.
En primer lugar, hay que mantener durante toda la temporada estival el nivel del ph del agua, es decir, que su acidez esté en los límites recomendados. Estos niveles tienen que estar siempre, dentro de una escala que va de 0 a 14, entre 7,2 y 7,8. Si los valores están por encima de ese 7,8, el desinfectante –cloro, normalmente- pierde su efectividad.
Además, debe mantenerse en estos niveles para que la instalación esté en buen estado y para evitar irritaciones en la piel o en los ojos. Por ello, es recomendable revisarlo como mínimo una vez a la semana.
El cloro es imprescindible para desinfectar el agua –combate bacterias y hongos- y hay que tenerlo siempre en su justa medida, renovándolo cada vez que se acabe. Igualmente, es muy efectivo realizar un control antialgas para prevenirlas y/o combatirlas.
Para mantener el agua cristalina todo el verano, la limpieza debe ser constante y exhaustiva. Si el color se pone turbio puede ser por dos motivos: que haya demasiado material flotando en la piscina o en el fondo, como ramas, hojas, insectos muertos o un exceso de cal.
Además del agua, es importante mantener limpios los filtros, las paredes, los fondos, la superficie y los bordes de la piscina y especialmente mantenerlos sin hongos.
Por último, impermeabilizar es el toque maestro para evitar fugas de agua y filtraciones , como las piscinas están a la intemperie, de modo que hay más riesgos de que se produzcan fisuras. Como estos productos deben aplicarse con la piscina vacía la primavera es la mejor época.
