
Cómo afectan tu vivienda
Vivir cerca del mar tiene muchas ventajas, como el paisaje, la brisa marina y el acceso a playas, pero también implica ciertos desafíos para la conservación de las viviendas. La humedad y la salinidad son dos factores ambientales que generan patologías típicas en casas costeras, afectando tanto la estructura como los acabados. Comprender estos riesgos, conocer los tratamientos disponibles y estimar los costos anuales es clave para proteger la inversión inmobiliaria.
1. Patologías comunes por humedad y salinidad
Las casas cercanas al mar suelen presentar problemas que se desarrollan lentamente pero que pueden resultar costosos si no se controlan a tiempo. Entre las patologías más frecuentes se encuentran:
- Corrosión de metales: las estructuras metálicas, barandas, cerraduras y herrajes se oxidan más rápido debido a la salinidad del aire.
- Desprendimiento y fisuras en muros: la humedad provoca eflorescencias y deterioro del revoque, así como grietas superficiales y profundas.
- Moho y hongos: aparecen en paredes, techos y muebles, afectando la estética y la salud de los ocupantes.
- Daños en pintura y revestimientos: los acabados exteriores pierden color, se descascaran o se vuelven porosos por la exposición constante a la brisa marina.
Estas patologías no solo impactan visualmente, sino que pueden comprometer la seguridad de la vivienda y aumentar los costos de mantenimiento si no se abordan a tiempo.
2. Tratamientos y prevención
Para minimizar los efectos de la humedad y la salinidad, es recomendable adoptar una combinación de prevención, mantenimiento regular y tratamientos especializados:
- Impermeabilización de muros y techos: aplicar productos impermeabilizantes y membranas aislantes evita que la humedad penetre en la estructura.
- Protección de metales: utilizar pinturas anticorrosivas, galvanizado o recubrimientos especiales en estructuras expuestas al aire salino.
- Pintura y revestimientos resistentes: optar por pinturas acrílicas de exterior o revestimientos cerámicos que soporten la exposición constante a la humedad y rayos UV.
- Mantenimiento de sistemas de ventilación: asegurar que haya buena circulación de aire en interiores y áticos ayuda a prevenir la aparición de moho.
Además, el control periódico de grietas, humedades visibles y manchas de moho permite intervenir a tiempo y reducir el deterioro.
3. Costos anuales realistas
Los costos de mantenimiento en casas cercanas a la costa varían según el tamaño, la antigüedad del inmueble y la intensidad de exposición al mar. En términos generales, se puede estimar un rango aproximado:
- Reparación de pintura exterior y revestimientos: entre 8.000 y 20.000 pesos uruguayos por año, dependiendo de la superficie.
- Mantenimiento preventivo de estructuras metálicas: 5.000 a 15.000 pesos anuales para barandas, cerraduras y herrajes.
- Impermeabilización y sellado de muros: 10.000 a 25.000 pesos cada dos o tres años, según el estado de la construcción.
- Control y limpieza de humedad interior y moho: entre 3.000 y 10.000 pesos al año, incluyendo productos y tratamientos de superficies.
Si se realiza un mantenimiento regular y se aplican tratamientos preventivos, se puede reducir significativamente la aparición de problemas graves y los costos mayores asociados a reparaciones estructurales.
4. Recomendaciones finales
Vivir en la costa uruguaya implica estar atento a los efectos de la humedad y la salinidad, pero con estrategias de prevención es posible mantener la vivienda en buen estado y proteger su valor. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Inspeccionar la vivienda al menos dos veces al año para detectar signos tempranos de humedad o corrosión.
- Aplicar tratamientos preventivos en muros, techos y metales antes de que aparezcan daños visibles.
- Mantener una ventilación adecuada y usar deshumidificadores en zonas interiores propensas a humedad.
- Consultar con profesionales especializados en construcción costera para planificar intervenciones y presupuestos de mantenimiento.
Con estos cuidados, los propietarios pueden disfrutar de la vida junto al mar sin que la humedad y la salinidad comprometan la inversión ni la habitabilidad del hogar, asegurando que la vivienda se mantenga segura, estética y funcional a lo largo del tiempo.
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