Cuidados básicos de los niños en la playa

Los factores de riesgo para los niños provienen de los 4 elementos básicos del ecosistema «playa», que son:

1. El SOL es fuente de energía, pero también puede ser fuente de problemas. Cuando se va a la playa con los niños es muy importante evitar las horas de mayor incidencia solar, es decir de 12:00 a 16:00 horas. Los especialistas recomiendan ir temprano por la mañana o, de lo contrario, ir por la tarde. Y nunca durante más de dos horas seguidas.

El protector solar es muy importante: debe convertirse en un miembro más de la familia. Sin él, no hay playa. El factor mínimo de protección debe ser de 30 y tiene que aplicarse cada dos horas o después de cada baño. En el caso de los bebés, cuando son menores de 6 meses, jamás deben exponerse a la luz directa del sol, ya que su piel es muy delicada. Un último consejo -pero muy importante-: no fiarse de los días nublados. Aunque no se note, los rayos UV del sol pasan a través de las nubes y pueden causar quemaduras.

2. El CALOR es tan peligroso como el sol, sobre todo, porque se va en su busca y a menudo uno se olvida de prestarle atención. De nada sirve esmerarse con el protector solar si, al mismo tiempo, no se previene a los pequeños de las altas temperaturas. La deshidratación es el principal problema, de modo que es fundamental mantener a los niños frescos e hidratados.

3. El MAR esconde algunos peligros, es preciso evitar los chapuzones, porque los cambios bruscos de temperatura son peligrosos. Es mejor acercarse poco a poco y mojar a los pequeños en distintas zonas hasta que se aclimaten a la temperatura del agua.

Los niños nunca deben meterse al mar sin la supervisión y la compañía de un adulto. No importa que haya socorristas, que jueguen «solo en la orilla», que el agua esté calmada o que sepan nadar. Las corrientes pueden ser muy traicioneras. Para disfrutar sin contratiempos, es necesario que los pequeños se habitúen a este entorno con tranquilidad y que pierdan el miedo al agua, pero no el respeto.

4. En relación a la extensión de la PLAYA, es importante considerar que los riesgos llegan hasta donde los ojos ven… y un poco más allá. Por eso, los niños deben jugar cerca de los adultos y al alcance de la vista.

En todos los casos, ya sea en la arena o en el mar, es fundamental no perder a los pequeños de vista.

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