La enorme mayoría de los compradores son muy cautos y exigentes, solicitan y analizan información antes de comprar una vivienda. En esta estudio previo hay algunas preguntas que no deben pasarse por alto, éstas son:
¿Qué gastos tiene la vivienda?
Más allá del precio final por el que se vende una casa, hay otro conjunto de gastos que hay que analizar, por ejemplo, impuestos, contribución inmobiliaria, energía eléctrica, agua, gastos comunes, etc.
En muchas ocasiones lo que realmente encarece una vivienda es lo que cuesta mantenerla.
¿Por qué el propietario vende la vivienda?
Esta pregunta tiene la intención de descartar problemas de la vivienda, como problemas estructurales, de la vivienda, barrios inseguros, altos gastos de mantenimiento, etc. Es muy importante indagar este aspecto en profundidad para evitarse sorpresas desagradables.
¿La vivienda está libre de deudas y embargos?
En general todos los agentes inmobiliarios investigamos este aspecto y le damos seguridad a nuestros clientes, pero es importante ser muy exhaustivo en esta indagatoria porque al comparar una propiedad podemos estar comprando una cantidad de problemas y seremos responsables por los mismos.
¿Cuánto tiempo hace que la vivienda está en venta, ¿cuántas personas la han visitado?
Esta información tiene mucho valor a la hora de negociar el precio de compra de la vivienda. Por otra parte, si es una casa que ha sido visitada por mucha gente, esto quiere decir que hay algunas dificultades vinculadas a la venta.
¿Cómo es el barrio?
Además de si es más o menos lindo el entorno, importa conocer los servicios con los que cuenta, las redes de abastecimiento, las líneas de omnibus, la seguridad, entre otros aspectos que pueden ser relevantes para el comprador
