Las primeras semanas de clases suelen ser un poco caóticas: tenemos que controlar mejor el tiempo, levantarnos más temprano, preparar viandas, mochilas y ropas desde el día anterior, entre otro montón de cosas!
Aquí van algunos consejos para encarar esta transición con serenidad:
1. Mantener una actitud positiva ante los hijos y animarlos frente a los nuevos retos que tendrán que afrontar en el nuevo año escolar.
2. Evitar lo más posible la impaciencia y el mal humor, que siempre termina repercutiendo en los niños. Intentar adaptar rápidamente los horarios de la familia (baños, cenas, hora de acostarse, de mirar TV, etc.) al ritmo escolar para evitar el agotamiento.
3. Comenzar la preparación con suficiente tiempo de anticipación, explicarle a los niños que es necesario cambiar la rutina de vacaciones y adquirir los nuevos hábitos de a poco.
4. Si no lo han hecho como rutina durante el verano, es importante que tus hijos comiencen a leer diariamente y hagan algunas actividades que les ayuden a repasar lo que aprendieron el año pasado, sobre todo en matemáticas.
5. Es conveniente la noche anterior dejar pronta la ropa y todo lo que deba llevar a la escuela y de ser posible preparar un desayuno especial, y lo más importante es ¡no llegar tarde el primer día de clases!
6. Si te lo pide, permítele llevar el primer día a clases algún objeto que elija (juguete, peluche, etc.), algo con lo que sienta apego. La primera semana es un tiempo de adaptación y tener un objeto que pertenezca a su hogar, o represente felicidad lo ayudará a integrarse más rápidamente.
7. Hay que armarse de paciencia, ya que son días duros para toda la familia, por lo tanto, es necesario mantener un ambiente alegre, de tranquilidad y con rutinas y hábitos que ayuden a la mejor adaptación posible al año escolar.
Mucha suerte!!
