
Reglas y buenas prácticas para anfitriones
El alquiler temporario, impulsado por plataformas como Airbnb, Booking o Vrbo, se ha consolidado en Uruguay como una alternativa atractiva tanto para propietarios como para turistas. Sin embargo, su crecimiento también ha generado la necesidad de mayor regulación, especialmente en los departamentos de Montevideo y Maldonado, donde el turismo y la oferta de alojamiento tienen un peso económico considerable.
Marco legal actual del alquiler temporario
En Uruguay, los alquileres de corta duración se rigen por la normativa general de arrendamientos, aunque con regulaciones específicas cuando se ofrecen de forma habitual o comercial. Los propietarios que alquilan por períodos cortos —días o semanas— deben cumplir con ciertas obligaciones tributarias y de registro, ya que se considera una actividad económica. Esto implica declarar los ingresos, emitir facturas y, en algunos casos, inscribirse ante la Dirección General Impositiva (DGI).
En Montevideo, la Intendencia exige que los inmuebles destinados a alquiler turístico cumplan con las normas de seguridad, habilitación y convivencia establecidas para el alojamiento de personas. En Maldonado, por su parte, se ha reforzado el control sobre la oferta informal, especialmente en zonas de alta demanda como Punta del Este o Piriápolis, con el objetivo de garantizar transparencia y competencia justa con la hotelería tradicional.
Requisitos y registros necesarios
Los anfitriones que deseen operar legalmente deben cumplir con los siguientes pasos básicos:
- Registro en la DGI: si el alquiler se realiza con fines comerciales o de forma continua, se requiere inscribirse como contribuyente y emitir comprobantes electrónicos.
- Declaración ante el Ministerio de Turismo: los alojamientos turísticos deben estar inscriptos en el Registro Nacional de Prestadores Turísticos.
- Cumplimiento de normas de seguridad: contar con detectores de humo, extintores y señalización adecuada.
- Reglamento de copropiedad: verificar que el edificio permita el alquiler temporario y que no existan restricciones explícitas en la asamblea de propietarios.
Estas medidas buscan profesionalizar el sector, proteger al huésped y asegurar que los ingresos generados tributen correctamente.
Facturación y obligaciones impositivas
Los ingresos obtenidos por alquiler temporario están sujetos a impuestos. Si el propietario es residente fiscal en Uruguay, los montos recibidos deben tributar en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o en el IVA en caso de considerarse actividad empresarial. En el caso de no residentes, aplica el Impuesto a la Renta de No Residentes (IRNR).
Además, los alquileres a través de plataformas extranjeras pueden generar retenciones automáticas. Por ello, es recomendable asesorarse con un contador o gestor inmobiliario para definir el régimen más adecuado según la frecuencia y el volumen de los alquileres.
Seguros y responsabilidad civil
El propietario debe contar con un seguro adecuado que cubra daños a la propiedad, robos o accidentes de huéspedes. Algunas plataformas como Airbnb incluyen coberturas parciales, pero se aconseja contratar una póliza específica para alquileres temporarios, especialmente cuando se trata de unidades en edificios con copropiedad.
También es importante contemplar la responsabilidad frente a terceros, ya que un incidente en el inmueble puede afectar a otros vecinos o áreas comunes. Las aseguradoras uruguayas ya ofrecen productos específicos para este tipo de uso residencial con fines turísticos.
Convivencia y reglamento en edificios
Uno de los puntos más debatidos es la convivencia en edificios donde se realizan alquileres temporarios. Algunos consorcios han incorporado cláusulas que limitan o regulan esta práctica para evitar el tránsito constante de huéspedes y posibles conflictos con los residentes permanentes.
Antes de ofrecer una propiedad en alquiler, conviene revisar el reglamento de copropiedad. En caso de prohibición expresa, el incumplimiento puede generar sanciones o incluso acciones legales. Sin embargo, cada vez más edificios nuevos incluyen el alquiler temporario como parte de su concepto residencial, ofreciendo servicios y controles adaptados a esta modalidad.
Recomendaciones para anfitriones responsables
Para operar de manera transparente y evitar problemas legales o de convivencia, es recomendable:
- Registrar la propiedad y declarar correctamente los ingresos ante la DGI.
- Respetar los reglamentos internos del edificio y las normas de convivencia.
- Contar con un seguro adecuado que cubra a huéspedes y terceros.
- Mantener una comunicación clara con los huéspedes sobre las reglas del inmueble.
Conclusión
El alquiler temporario en Uruguay, especialmente en Montevideo y Maldonado, ofrece excelentes oportunidades de rentabilidad, pero requiere cumplir con la normativa vigente. La transparencia fiscal, el respeto por la convivencia y la correcta gestión del inmueble son claves para que esta modalidad siga creciendo de manera sostenible.
Con el avance de la digitalización y la profesionalización del sector, los anfitriones que se adapten a las exigencias actuales podrán obtener mayores beneficios, garantizar una mejor experiencia a los huéspedes y contribuir al desarrollo responsable del turismo urbano y costero del país.
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