5 aspectos clave para evaluar la calidad de construcción de una vivienda

Al momento de adquirir una vivienda, más allá del diseño, la ubicación o el precio, es fundamental tener en cuenta la calidad de la construcción. Este factor no solo influye en el confort y la seguridad, sino también en el valor a largo plazo del inmueble y en los gastos futuros de mantenimiento o refacciones.

Evaluar la calidad constructiva permite tomar decisiones más acertadas y prevenir sorpresas indeseadas luego de la compra. A continuación, se presentan cinco aspectos esenciales que conviene analizar antes de concretar una operación.

1. Estructura y materiales

La base de toda construcción está en su estructura. Es importante observar:

  • Si hay fisuras en paredes, techos o columnas.
  • Qué tipo de materiales se utilizaron (hormigón, ladrillo, bloques, etc.).
  • El espesor y terminación de los muros interiores y exteriores.
  • El tipo de losas y su aislamiento térmico/acústico.

Una estructura sólida garantiza durabilidad y resistencia a factores climáticos y geológicos.

2. Instalaciones eléctricas y sanitarias

Las redes eléctricas y sanitarias son vitales para el funcionamiento diario del hogar. Conviene prestar atención a:

  • La distribución de tomacorrientes y llaves de luz.
  • El estado del tablero eléctrico y protecciones.
  • La presión y caudal del agua en griferías y duchas.
  • Si las cañerías están empotradas y bien selladas.

Una buena instalación reduce el riesgo de fallas, filtraciones o sobrecargas.

3. Terminaciones interiores

Las terminaciones hablan del cuidado en la ejecución. Se recomienda observar:

  • La alineación de cerámicas, pisos y zócalos.
  • El ajuste de puertas, ventanas y cerraduras.
  • El acabado de la pintura, molduras y cielorrasos.
  • La calidad de los muebles de cocina y baño.

Detalles bien realizados indican un trabajo prolijo y profesional.

4. Aislación térmica y acústica

Una vivienda confortable debe mantener temperaturas agradables y proteger del ruido exterior. Para ello:

  • Revisar si hay doble vidrio en ventanas o sistemas de aislación.
  • Verificar la orientación de la casa y su exposición al sol.
  • Observar si los muros presentan barreras contra humedad.
  • Analizar la ventilación natural en cada ambiente.

Estos elementos impactan directamente en el consumo energético y el bienestar diario.

5. Entorno y mantenimiento general

Más allá de la construcción en sí, el entorno y el estado de conservación también son indicativos:

  • Estado de veredas, accesos y áreas comunes si las hay.
  • Limpieza, pintura y mantenimiento del exterior.
  • Nivel de humedad en paredes o techos.
  • Calidad del alumbrado y conexiones de servicios básicos.

Una buena presentación externa suele reflejar un cuidado sostenido de la propiedad.

Conclusión

Evaluar la calidad constructiva de una vivienda es una tarea imprescindible antes de concretar una compra. Una revisión detallada, sumada al asesoramiento profesional, permitirá evitar problemas a futuro y asegurar una inversión segura, confortable y duradera.

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