Además de ayudarnos a mantener una dieta sana y equilibrada, las frutas veraniegas nos mantienen hidratados debido al alto nivel de agua que poseen, ayudan al funcionamiento de los riñones y el aparato digestivo, favorecen la prevención de enfermedades y aclimatan tu cuerpo para soportar mejor las altas temperaturas.
La variedad y cantidad de frutas aumenta muchísimo durante los meses de calor. Duraznos, ciruelas, melones, uvas, frutillas y sandía son algunas de las frutas que llegan junto con el verano, desplazando a las manzanas y cítricos que nos acompañaron durante el invierno.
Comer poca fruta puede generar déficit de vitaminas y minerales, además de estreñimiento por falta de fibra; mientras que ingerir demasiada cantidad aumenta el aporte calórico por el exceso de azúcar.
La cantidad de fruta ideal para el consumo depende de los requerimientos de cada persona. Sin embargo, la recomendación más habitual es que se consuman de 2 a 3 porciones diarias. Una porción corresponde aproximadamente a:
Ciruelas: 3 unidades
Duraznos: 3 unidades
Frutillas: 1 taza
Kiwi: 2 unidades
Melón: 1 taza
Sandía: 1 taza
Uvas: 30 unidades
